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Escuela Flamenca destinada a impulsar el desarrollo integral de las potencialidades del ser humano, a través de la profundidad del lenguaje Flamenco en su totalidad. Por medio de esta manifestación artística como herramienta de transformación, buscamos arribar a una comprensión más nítida y real de quienes somos y quienes queremos ser

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Flamenco

Del árabe morisco: Felah-menkub

Felah: campesino

En árabe existen dos grados de expropiación. Cuando te quitan lo material eres un mindún. Pero cuando te quitan lo material y lo inmaterial, lo que tienes y lo que eres; cuando te despojan de tu lengua, religión y cultura, y te conviertes en un marginado, un excluido, negado y olvidado, eres un menkub.

El vocablo Flamenco significa esencialmente, ‘campesino sin tierra’, ‘campesino errante’, huérfano. Y es una cultura de culturas, mar de mares, fuente de muchas aguas, antiguas, milenarias: andaluza, morisca, gitana, sefardí, africana y cristiana.

"El origen del Flamenco lo lleva escrito en su nombre. Y en el nombre de sus palos. Y en el nombre de las mujeres y hombres que lo han conservado en su garganta, en sus manos, en sus pies, en el alma. Porque las cosas existen cuando se nombran. Y sólo cuando se nombran existen. Desde la estrella más alejada del firmamento a la partícula más ínfima de la materia. Sólo lo ajeno al ser humano carece de nombre."

El Flamenco ha sido la herejía del poder; es hijo de la rebeldía, nació por y para eso. Es la prueba de que no se ha perdido la memoria, fruto de una persecución pero, sobre todo, el triunfo de la rebeldía. Este pueblo, antes que empuñar un fusil, empuña la garganta. Y cuando tiene que revelarse, antes que disparar una bala, dispara un Fandango. Porque es, precisamente, un canto al dolor (‘ay’), a lo sagrado (‘ole’ y ‘ala’, provienen de Allah: ¡Oh, Dios!), en andaluz (no admite otra lengua para expresarse) y de memoria (tradición absolutamente oral, prescinde de papeles y partituras).

"... ¿Qué te pueden amputar para que dejes de ser tú? ¿Un dedo, una mano, el corazón...? ¿Cual...? La única parte que te pueden quitar para que dejes de ser tú es la memoria, mirarte en el espejo y no reconocerte... Eso le pasa a las personas y le pasa a los pueblos...."

El Flamenco es universal porque está hecho de raíces y alas. De raíces que vuelan y de alas que arraigan. Por eso el aire huele a tierra cuando lo rasga un quejío. Y la tierra huele a sangre. Y la sangre huele a mar. Y la mar a muerte. Y la muerte a vida. Como si contuviera todos los gozos y las penas, de todos los hombres y mujeres, desde antes de que existiera el tiempo.

Aurora

Término sánscrito que proviene de la lengua indoeuropea ausos, el cual dio origen al vocablo griego Eos, y al latín, Aurora (alba, amanecer). Comparte raíz aus- (brillo del sol naciente) con ‘oro’ (aurum), y está vinculado con significados como ‘eón’, ‘aura’ y ‘resplandor’.

La Aurora está cargada de simbolismos, a lo largo de la existencia, en una infinidad de tradiciones milenarias, corrientes filosóficas, psicológicas, religiosas, ocultistas y esotéricas, sin olvidar sus huellas en las artes plásticas, la poesía y la literatura. Desde el Sufismo, el Zen, el Taoísmo, el Hinduismo, la Cábala y el Cristianismo, atravesando el corazón del chamanismo (sabiduría, conocimiento y medicina) de pueblos ancestrales de América, el legado de los Esenios, el Hermetismo, Alquimia y Astrología, la Escuela Pitagórica, hasta el Gnosticismo, la Psicología Analítica de Jung, entre otros.

La naturaleza de la aurora está intrínsecamente relacionada con un origen, principio, comienzo, despertar, nacimiento, consciencia, visión, resurrección y unión. Es el momento de mediación de lo sagrado y lo divino. Luego de un proceso de oscuridad y muerte, la diosa de la alborada emerge de entre las tinieblas con una luz rosa-rojiza-naranja-amarilla entre sus dedos, para abrir la puerta del este (oriente). Es tanto separación (punto de distinción), como integración de la noche (oscuridad) y el día (luz), punto de re-unión, de reconciliación. Innumerable cantidad de ceremonias y rituales de tradiciones antiguas se realizan durante La Aurora, así como también, desde el ocaso, a través de la noche, hasta el nuevo amanecer, como proceso de curación y sanación.

La Aurora es un fenómeno natural que también se produce en el interior del ser humano, obedeciendo a la Ley del Ritmo universal. Cada aurora trae consigo una nueva luz y las posibilidades de crecimiento son infinitas a partir del despertar. La luz se hace a partir de la sombra; la vida emerge a partir del caos. La Aurora como símbolo del alma, o la consciencia, tiene el deber de expandir sus vigorosas alas y anunciar el imperio del Espíritu, en su rol de mediadora entre éste y la materia.

Cada proceso de aprendizaje es una batalla. Aprender es ver algo que no se había visto, y para ello, resulta indispensable dejar ir partes viejas de nosotros, partes (‘yoes’) que no afinan con la nueva comprensión. Morir a la viejo para darle paso a lo nuevo. La Aurora como un estadío de la consciencia, una puerta de transformación, permite un renacimiento del ser.

Directora/Profesora

Belén Moyanesi

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Comienza su recorrido a los 15 años, de la mano 'Candela', Adriana Colque, en la Ciudad de Mendoza. Le bastó una clase para ser 'atrapada', o liberada, por el poderío flamenco, para reconocer su profunda afinidad con este Arte, y un año, para comprender que a través del Flamenco podía llegar a desenvolver la totalidad de su ser. De manera tal que en esa búsqueda, año 2007, se va a vivir a Bueno Aires, donde encuentra a una de sus Grandes Maestras, Fabiana Pouso, con la que estudia de manera grupal y particular, durante años, además de impartir clases en su escuela. Paralelamente, fue complementando su conocimiento con clases de cajón y de cante, y de baile también, con profesores de la ciudad, como Rocío Aristimuño y Meliza Maciuk, entre otrxs, y bailaores de España como La China, Yolanda Heredia, Belén Maya, Concha Jareño.

Baila en distintos tablaos de la Ciudad de Buenos Aires.

Ya en 2011 regresa a Mendoza para comenzar a dar clases. Y en 2012, abre su propia escuela, 'La Aurora', donde continúa su camino como docente hasta el día de hoy.

En 2012, arma junto a colegas-amigos un grupo de Flamenco, 'Temple Calé' (Max Vergara, Diego Lorenzo, Pipi Manzano) con los que recorre la ciudad bailando en tablaos y espectáculos. 

A partir de ese año viaja, viaja regularmente a España a nutrirse de la cultura y de grandes flamencxs como Belén López, José Manuel 'Oruco', Gema Moneo, Alfonso Losa, Manuel Liñán, Juana Amaya, Manuela Ríos, Irene 'La Sentío'.

Actualmente continúa impartiendo clases regulares, cursillos intensivos, formando  bailaorxs y bailando. 

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